Durante la gestación, la temperatura corporal aumenta desde el primer mes, resultado de factores que elevan el requerimiento energético materno, principalmente el incremento del metabolismo basal y la termogénesis del útero y tejidos. En el segundo tercio de la gestación, se producen cambios hemodinámicos en el útero asociados a un aumento en el flujo sanguíneo y la actividad metabólica de la placenta, favoreciendo la termogénesis materna. 

El estrés calórico es un proceso fisiológico causado por calor ambiental elevado durante un tiempo prolongado, que el organismo no puede soportar. Determinar cuándo una hembra sufre estrés térmico es complejo, y muchos estudios analizan índices de mediación para establecer el punto crítico. Factores como la edad, raza de los animales, oxigenación, humedad, dirección del viento, medios de refrigeración y genética avanzada influyen en el estrés térmico. 

Definición y causas del estrés calórico en cerdas

El estrés calórico se refiere a situaciones en las que un animal o persona no puede regular su temperatura corporal debido a condiciones térmicas inadecuadas. Esto altera el estado vital de las células y afecta las reacciones metabólicas, la conformación de proteínas y las propiedades de las membranas, lo que resulta en una disminución del rendimiento fisiológico. Sin embargo, el organismo tiene mecanismos adaptativos y de defensa para sobrevivir a estas adversidades si puede utilizarlos eficazmente.

La cerda experimenta estrés calórico en diversas etapas críticas de su vida, como la gestación, así como durante periodos de manejo y traslado. Este estrés tiene un impacto significativo en su desempeño reproductivo. La cerda enfrenta múltiples factores ambientales, siendo el estrés calórico uno de los más relevantes debido a sus efectos negativos. Entre ellos se encuentran la reducción en la conducta sexual, la fecundidad, y el desarrollo fetal y placentario.

Fisiología reproductiva de la cerda gestante
Ciclo reproductivo de la cerda
Cambios fisiológicos durante la gestación

El metabolismo, la conducta sexual y otros procesos fisiológicos pueden verse alterados. El estrés calórico puede causar estrés osmótico, lo que disminuye el agua en la matriz del animal y el flujo gaseoso. Esto afecta la liberación de calor, aumentando la producción de amoniaco y urea, elevando la concentración de productos metabólicos. 

El estréscalórico afecta al organismo de los animales, activando el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal y liberando cortisol, lo que puede interferir con el desarrollo folicular, provocando quistes ováricos y acortamiento del ciclo estral. Además, hay reducción en el tamaño de la glándula tiroides y de la amígdala, así como pérdida de inervación en el hipocampo. Esto impacta la regulación de energía en reposo, limitando la reproducción y alterando el comportamiento reproductivo de las hembras. 

El ciclo reproductivo de la cerda se regula por factores hormonales y fisiológicos, influenciados por el medio ambiente. Estas alteraciones pueden ser causadas por enfermedades o factores exógenos que afectan la homeostasis del animal. Se identifican tres fases en el ciclo reproductivo relacionadas con la función ovárica, conocidas como estros verdaderos. La fase prepuberal ocurre desde el Día 0 hasta los 240 días de edad. La cerda llega a la pubertad entre los siete y nueve meses, con un peso de 130 a 140 kg, aunque el sistema nervioso y endocrino todavía están en desarrollo. 

El calor estresa a las cerdas durante la gestación, especialmente en sistemas intensivos. Las altas temperaturas provocan un aumento de cortisol, interfiriendo con el estrógeno, lo que afecta el comportamiento en el parto, el ciclo estral, el transporte de oviductos y la implantación embrionaria. También se observa que el calor disminuye el número de folículos ováricos y del cuerpo lúteo, incrementa pérdidas endometriales y afecta la termorregulación del neonato. Esto puede resultar en problemas en la cría. 

En cerdas, el flujo sanguíneo uterino durante la preñez es siete veces mayor que en el estro. Las principales hormonas que incrementan este flujo son los estrógenos y prostaglandinas.  

Mecanismos de acción del estrés calórico en cerdas gestantes

En animales con estrés calórico, se altera el equilibrio entre lipopéptidos y gliconeogénesis, incrementando la oxidación de ácidos grasos. Los precursores de la glucosa se recaptan en la circulación para evitar hipoglucemia, afectando la función endocrina de tejidos clave en la síntesis de progesterona y estrógenos durante la gestación. Una reducción en estos niveles puede causar mortalidad embrionaria temprana.

La cerda experimenta estrés calórico en diversas etapas críticas de su vida, como la gestación, así como durante periodos de manejo y traslado. Este estrés tiene un impacto significativo en su desempeño reproductivo. La cerda enfrenta múltiples factores ambientales, siendo el estrés calórico uno de los más relevantes debido a sus efectos negativos. Entre ellos se encuentran la reducción en la conducta sexual, la fecundidad, y el desarrollo fetal y placentario.

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Impacto en la función ovárica y ovulación

El estrés calórico provoca una disminución en la secreción de LH, reduciendo la duración de la onda folicular y del ciclo ovárico. Esto podría resultar en ovulaciones de folículos dominantes de menor tamaño y calidad, generando cuerpos lúteos luteolíticos que conducen a la infertilidad. En cerdas expuestas a este estrés, la secreción de progesterona muestra una notable disminución entre los días 7 y 12 del ciclo, lo que está relacionado con el transporte oligoespermático y un aumento en las reabsorciones embrionarias en comparación con cerdas en condiciones de confort. Las cerdas bajo estrés calórico presentan características organizativas internas alteradas y una luteólisis aumentada por endotoxinas, sugiriendo un estado de curación en las cerdas bajo confort.

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Efectos del estrés calórico en la cerda gestante

El estrés térmico durante la preñez afecta el crecimiento del útero, el flujo sanguíneo y la producción de energía, alterando la luteólisis temprana. Esto impacta la conformación del útero, el arraigo embrionario, el desarrollo placentario y el crecimiento embrionario y fetal. Un cambio en el peso o número de embriones puede influir en el rendimiento reproductivo de la cerda, disminuyendo la cantidad de lechones por camada durante y después del estrés calórico. Se observa que las cerdas expuestas a 32 °C tienen menor pérdida de peso.  

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Fertilidad y tasa de concepción

La fertilidad abarca la cantidad, calidad y aptitud de los gametos, así como la homeotermia de las especies superiores, que influyen en el nacimiento de descendientes sanos. También incluye la calidad del endometrio, el embarazo y lactación previos, y la calidad de la placenta. En la vida práctica, se relaciona con la tasa de concepción a la primera inseminación. El estrés calórico a menudo reduce esta tasa.  

La hipertermia en cerdas durante el crecimiento folicular tardío promueve procesos proinflamatorios en las estructuras ováricas, acumulando especies reactivas de oxígeno que dañan las células. Se ha observado una disminución de prostaglandina E, lo que puede afectar la movilidad del oviducto y el transporte espermático y/o embrionario. La hipertermia antes de la ovulación y durante la fase luteínica puede contribuir a la muerte folicular en ciclos posteriores. Esto sugiere que el estrés calórico altera el ciclo reproductivo y reduce la fertilidad de las cerdas, aunque la severidad de estas respuestas no se presenta siempre en las cerdas a inseminar. 

Consecuencias del estrés calórico en la descendencia
Desarrollo fetal y neonatal

Las cerdas gestantes con estrés calórico durante la preñez pueden tener crías con menor peso al nacer, debido a la reducción en la transferencia de nutrientes hacia los fetos por el daño en las vellosidades placentarias. Este menor peso se relaciona con un peor desempeño productivo posterior. Los animales son más susceptibles a enfermedades infecciosas y metabólicas a largo plazo y la cerda no es rentable al no utilizar su espacio disponible. El peso al nacer afecta el rendimiento de los lechones, ya que tanto el exceso como el defecto provocan disminuciones en la ganancia de peso post-destete, lo que aumenta los índices de conversión y retrasa la edad al sacrificio. Un bajo peso al nacer también puede generar problemas de adaptación y aumentar la morbilidad, gravedad y tratamientos sanitarios.  

La termorregulación se desarrolla antes del parto. Se compararon dos temperaturas en cerdas gestantes y se halló que las que estaban en ambientes cálidos presentaron menor concentración de colesterol en la leche, afectando el crecimiento de los tejidos grasos del feto. 

Las tasas de crecimiento son máximas en cerdas gestantes que han crecido a la termoneutralidad y se produjo una disminución de la corticosterona. Se evaluaron los efectos en cerdas sometidas a estrés calórico por 24 horas comparadas a cerdas en termoneutralidad. Los animales fueron estresados en el día 60 de preñez. Se analizaron días desde el inicio de la preparación para el parto, avance de partos y número de nacidos totales, vivos y muertos. No hubo diferencias significativas en el tamaño de las camadas de hembras bajo estrés calórico. 

Estrategias de manejo para reducir el estrés calórico en cerdas gestantes 

El estrés calórico en cerdas se puede prevenir con técnicas de manejo específicas para las cerdas, su ambiente y la incubación de lechones. Es crucial mantener a las cerdas en óptimas condiciones durante el verano. El uso de pisos lisos y de color blanco para el alojamiento también ayuda a reflejar la radiación calórica y reducir la temperatura. 

Las medidas técnicas para gestantes se centran en el aire en contacto con los animales y su circulación. Techos reflectantes y ventilación asistida ayudan a enfriar la zona de captación, reduciendo el costo energético de la termorregulación y la temperatura corporal interna. 

Recomendaciones frente al consumo energético de gestantes indican que si una cerda no consume suficientes nutrientes para compensar el gasto térmico, se genera un balance energético negativo. Los requerimientos de mantenimiento corporal deben modificarse para reducir las pérdidas de calor. La ganancia diaria de peso influye, ya que mayor peso y reservas de grasa aumentan la energía necesaria para generar calor, disminuyendo el estrés. 

Ambientales y nutricionales 

La temperatura elevada y variable crea ambientes estresantes, generando cambios calóricos que los animales deben contrarrestar aumentando su producción de calor interno o reduciendo la absorción de calor. El estrés calórico afecta a cerdas en la naturaleza y en pabellones climatizados; su impacto puede variar a medida que avanza la gestación, afectando la eficiencia digestiva y el consumo debido al frío. La intensidad del estrés calórico se relaciona con factores como temperatura, humedad y velocidad del aire, además de la capacidad del animal para termorregularse. Algunos tipos de estrés calórico pueden anticipar el parto. 

Investigaciones recientes y avances en el campo del estrés calórico en cerdas gestantes 

En climas cálidos, se observa una disminución constante del peso de camada al nacimiento (PCN), disminución de la supervivencia y menor crecimiento de lechones lactantes de cerdas bajo estrés calórico (EC) durante la gestación. Las cerdas con EC presentan una reducción en la deposición de grasa, lo que causa una movilización prolongada de reservas corporales.  

Conclusiones y recomendaciones futuras 

La interacción respalda la hipótesis de que el desempeño productivo de las cerdas gestantes tiene un grado limitado de tolerancia ante el estrés calórico perinatal, siendo modulado por la evolución de la gestación, parto y lactancia. Diferentes niveles productivos activan mecanismos compensatorios que normalizan la pérdida postnatal de lechones y la sobrevivencia en cerdas obesas. 

Las recomendaciones para mitigar los efectos del estrés calórico en cerdas gestantes son:  

  1. Proporcionar el alimento adecuado según genética y ciclo. 
  2. Usar dietas ricas en proteínas o aditivos para aumentar la ganancia diaria. 
  3. Implementar medidas climáticas como ventilación, altura de techos, aislate térmico en techos, nebulización y refrigeración.
  4. Asegurar agua de calidad y suficiente. 
  5. Evitar tiempos excesivos de inseminación y concentraciones de servicios por la mañana.