En la moderna porcicultura en América Latina, donde los márgenes de eficiencia son cada vez más estrechos, cada decisión técnica puede traducirse en una camade más fuerte, una mayor supervivencia y un retorno económico superior. Uno de esos momentos críticos y muchas veces subvalorados es el instante posterior al parto, cuando el lechón al nacer está expuesto a un choque térmico abrupto. En ese lapso, una intervención aparentemente simple como lo es el secado del lechón puede traducirse en mejores tasas de vitalidad, menor mortalidad, inicio más eficiente de la succión de calostro y, en consecuencia, una mejora en el rendimiento reproductivo y productivo de la granja.

En este artículo técnico, me propongo ahondar en la importancia fisiológica, térmica e inmunológica del secado del lechón al nacimiento, sus implicaciones en la supervivencia, así como sus desafíos y mejores prácticas para su implementación en granjas porcinas de nuestra región. La intención es que nuestros lectores y seguidores ya sean técnicos de granja, productores, veterinarios o administradores de granja, perciban con claridad por qué esta técnica debe ser un estándar de manejo en maternidad.

1. El desafío fisiológico del recién nacido: contexto del lechón al nacer

1.1. Condiciones fisiológicas y limitaciones del lechón neonato

El lechón al nacimiento enfrenta múltiples desventajas fisiológicas respecto a la termorregulación:

  • Nace con escaso tejido adiposo y con una capa de grasa subcutánea mínima, lo que le provee pobre aislamiento térmico (Ramírez-Necoechea & Alonso-Spilsbury, citados en Pérez, 2009; Muns et al., 2016) .
  • Su relación superficie/volumen es elevada al nacer, lo que favorece pérdidas térmicas por radiación y convección (Pérez 2009, Muns & Tummaruk 2016) .
  • Nace húmedo, recubierto de fluidos fetales y restos de membranas que deben ser removidos o evaporados, lo que intensifica la pérdida de calor latente por evaporación (Pérez, 2009) .
  • Sus funciones de termogénesis aún no están desarrolladas: su capacidad de producir calor mediante mecanismos internos es limitada (Herpin & Le Dividich, citados en Pérez 2009) .
  • Dispone de reservas energéticas muy bajas (glucógeno, glucosa) tras abandonar el útero, y una transición brusca de un suministro constante vía placenta a un suministro intermitente vía calostro (Herpin & Le Dividich, citado en Pérez, 2009) .

Todo esto implica que el lechón está en alto riesgo de sufrir hipotermia neonatal, lo que puede desencadenar letargia, debilidad al mamar, aumento de riesgo de aplastamiento, y muerte por inanición.

1.2. Pérdida térmica al nacer: magnitud del descenso de temperatura

Al separar al lechón del entorno intrauterino (≈ 39 °C), este pasa a un ambiente frío (mucho más bajo), con lo que su temperatura corporal puede descender de 2 a 7 °C en los primeros minutos si no se interviene adecuadamente (Pérez 2009; Varley, citado en Pérez)  . En un ambiente de paridera moderadamente frío, los lechones no secados muestran disminuciones más marcadas en temperatura rectal en los primeros 20-120 minutos post-nacimiento que lechones tratados con secado (métodos de secado con talco) 

Un estudio reciente demostró que lechones no intervenidos tenían temperatura rectal a los 30 minutos posnacimiento de 35,65 °C, mientras que lechones secos y colocados bajo fuente de calor registraban cerca de 37,98 °C (una diferencia de ~2,3 °C)  . Esa diferencia en el estado térmico puede marcar la diferencia en la capacidad del lechón para movilizarse, buscar el pezón, y absorber calostro.

1.3. Consecuencias negativas de la hipotermia neonatal

La hipotermia en los lechones recién nacidos puede generar una serie de efectos adversos que impactan en la supervivencia y desempeño:

  • Disminución de la vitalidad: lechones fríos son menos activos, tardan más en alcanzar las ubres y pueden perder oportunidades de mamar calostro en las primeras horas.
  • Ingesta insuficiente de calostro: la letargia les impide alimentarse oportunamente, comprometiendo la transferencia pasiva de inmunoglobulinas.
  • Aumento del riesgo de aplastamiento: los lechones debilitados son más vulnerables a quedar atrapados bajo la cerda.
  • Mayor mortalidad predestete: diversos estudios asocian la falta de manejo térmico temprano con tasas mayores de muertes en lactancia.
  • Retrasos en el crecimiento temprano: al tener menor eficiencia en el uso del calostro y mayores gastos energéticos para termorregular (o morir), pueden reflejarse pérdidas de peso y vigor en la fase lactante.

Por todo ello, el manejo de la fase neonatal particularmente su control térmico es uno de los puntos más críticos para lograr la mayor tasa de sobreviviencia de lechones lo cual se supera aplicando talco secante a los lechones al nacimiento.

2. Principio técnico del secado del lechón: ¿qué es, por qué y cuándo hacerlo?

2.1. Concepto y objetivo del secado neonatal

El secado del lechón consiste en remover o absorber la humedad superficial (líquidos placentarios, sangre, excreciones) del lechón recién nacido mediante talco absorbente.  El objetivo es:

  1. Minimizar la pérdida de calor latente por evaporación (es decir, evitar que la humedad residual se evapore y arrastre calor)
  2. Reducir el choque térmico inicial
  3. Ayudar a mantener la temperatura corporal (rectal) dentro de rangos aceptables
  4. Favorecer una pronta activación metabólica del lechón y su movilidad para mamar calostro.

Este procedimiento se aplica tan pronto como el lechón sale por completo del canal del parto, antes de colocarlo en la zona de cría bajo fuente de calor o de reingresarlo a la zona bajo la cerda si ésta está dispuesta.

2.2. Momento oportuno del secado

El secado debe efectuarse lo más pronto posible, idealmente dentro del primer minuto de nacido o inmediatamente tras la expulsión del lechón. Mientras más rápido se elimine la humedad superficial, menos caída de temperatura sufrirá el lechón. El protocolo de manejo de maternidad debe prever personal suficiente para ejecutar esta tarea para cada lechón al nacer, sin demora (Guzmán et al., citado en ThePigSite)  .

Si hay un intervalo de tiempo entre natimortos o múltiples nacimientos simultáneos, es clave priorizar los lechones más pequeños y vulnerables en la atención del secado.

Un estudio reciente realizado en granjas comerciales comparó tres tratamientos de secado: control sin secado, secado con talco absorbente  y secado con papel absorbente. Se midió la temperatura rectal a 0, 10, 20, 30, 45, 60, 120 y 1440 minutos. Los lechones tratados con talco absorbente mostraron temperaturas significativamente más elevadas entre 20 y 120 minutos postnacimiento respecto al control (aunque sin efecto a 1440 minutos)  .

Otro trabajo (Vande Pol et al. 2021) evaluó el secado con talco secante más calentamiento por 30 minutos, y halló que en ambientes fríos (< 25 °C) se redujo la mortalidad pre-destete 2,4 puntos porcentuales frente al control sin secado/calor, mientras que en ambientes cálidos no hubo diferencia significativa  .

3. Impacto del secado en la supervivencia y desempeño del lechón

3.1. Efectos sobre la termorregulación y temperatura rectal

La evidencia más consistente y reciente confirma que el secado al nacer ayuda a reducir la caída de temperatura rectal durante los primeros 20–120 minutos después del nacimiento (periodo crítico). 

Por ejemplo:

  • En el trabajo de 52 camadas con diferentes métodos de secado, se lograron diferencias significativas en la temperatura entre 20 y 120 minutos postnacimiento frente al grupo control.
  • En el estudio de Vande Pol et al. (2021), lechones secos y calentados presentaron temperatura rectal a los 30 min ~2,33 °C mayor que los del grupo no tratado.
  • Un meta-análisis y revisión sistemática de literatura concluye que las intervenciones de secado (y/o calentamiento) contribuyen a una mejor termorregulación y menor reducción de la temperatura corporal en lechones recién nacidos.

Estas mejoras térmicas son especialmente relevantes para lechones de bajo peso al nacer (< 1,0 kg), que tienen mayores pérdidas de temperatura y menor capacidad de recuperación (estudios lo señalan en análisis según categoría de peso)  .

3.2. Reducción de mortalidad pre-destete

Uno de los fines últimos del manejo neonatal es disminuir la mortalidad durante la fase de lactancia (predestete). La evidencia respecto al impacto concreto del secado sobre mortalidad es más limitada, pero apunta en sentido favorable:

  • En el artículo de revisión “In newborn piglets does drying versus no intervention …” se concluye que “hay evidencia de que secar a los lechones puede reducir la mortalidad y mejorar la termorregulación”, aunque los estudios disponibles suelen combinar múltiples intervenciones o tener diseños no independientes (no solo secado) .
  • En el estudio de Andersen et al. (2009) (citado en la revisión), los grupos con lechones secos más lámpara, o solo lámpara, presentaron mortalidad del 6,7 % y 7,6 % respectivamente, frente al control (11,7 %) en sistemas de parideras normales, aunque no se hizo distinción clara del efecto aislado del secado frente al calor.
  • En el estudio comercial de Vande Pol et al. (2021) con >10 000 lechones, el efecto de secado + calentamiento redujo la mortalidad en condiciones “cool” (frías) en 2,4 puntos porcentuales frente al control (no tratamiento), aunque en ambientes cálidos no se observó efecto.
  • Estudios basados en manejo general de maternidad indican que unidades con prácticas de secado y supervisión del parto tienden a exhibir mejores resultados de supervivencia (por ejemplo Rosvold et al., citados en la revisión de Veterinary Evidence) .

3.3. Influencia sobre el consumo de calostro e inmunidad pasiva

Un lechón con temperatura corporal adecuada tiene mayor probabilidad de moverse rápido y alcanzar las ubres de su madre en las primeras horas (ventana crítica de absorción de inmunoglobulinas). Un lechón hipotérmico, por el contrario, puede tardar más o no lograr mamar oportunamente, comprometiendo la transferencia de inmunidad y predisponiéndolo a enfermedades. (Guzmán, citado en ThePigSite) 

Algunos estudios han reportado que lechones intervenidos con secado (y calor) lograron “menor latencia para succionar” (Vasdal et al., citados en revisión)  . Aunque no siempre se han medido directamente niveles de inmunoglobulinas, el vínculo entre velocidad de acceso al pezón y éxito del calostro es biológicamente plausible.

3.4. Efectos en uniformidad, crecimiento y desempeño temprano

La intervención temprana que promueve mayor vigor, mayor acceso a nutrientes iniciales e inmunidad adecuada puede reflejarse en:

  • Mejor homogeneidad del lote de lechones al destete
  • Menor porcentaje de lechones caídos, letárgicos o débiles
  • Menor número de lechones que requieren manejo especial (crianza artificial, alimentación complementaria)
  • Potencial reducción de retrasos de crecimiento en la fase lactante
  • Mejora en el rendimiento reproductivo del ciclo siguiente al reducir pérdidas y pérdidas de oportunidad productiva

Algunos autores sostienen que la mortalidad neonatal y el manejo crítico en las primeras 24 horas condicionan el “efecto palanca” del número de lechones destetados, lo cual repercute directamente en la rentabilidad de la granja (artículos recientes en sitios técnicos de porcicultura)  .

Sin embargo, la literatura advierte que ciertos materiales usados para secar —como aserrín o polvo con partículas finas— podrían inducir lesiones pulmonares si las partículas son inhaladas por los lechones (especialmente en las primeras horas). Un estudio de Martines et al. (2020) evidenció mayor daño pulmonar en lechones tratados con aserrín frente a talco secante especializado

Por tanto, la elección del método debe considerar no solo su eficacia para mantener la temperatura, sino también su seguridad respiratoria.

4. Desafíos y consideraciones críticas para la implementación en granjas en nuestra región

Para que el secado del lechón se convierta en una práctica técnica eficaz y sostenible, es necesario superar varias barreras y considerar factores adaptativos al contexto latinoamericano:

4.1. Disponibilidad de personal y organización del proceso de parto

  • Se requiere personal capacitado y disponible 24 h/día para realizar el secado oportunamente con cada lechón nacido. En muchas granjas con baja densidad de mano de obra, esto puede resultar costoso o poco factible.
  • La logística de asistencia al parto debe prever suficiente dotación de operarios en la sala de maternidad para asegurar que ningún lechón quede sin intervención inmediata (Guzmán cit., ThePigSite) .
  • Debe integrarse al protocolo de asistencia del parto, estableciendo tiempos, responsabilidades y prioridades (por ejemplo secar primero los lechones de menor peso o los más lentos).

4.2. Infraestructura térmica complementaria

  • Para que el secado sea efectivo, debe combinarse con fuente de calor suplementaria: lámparas cerámicas, cajas térmicas, placas calefactoras, etc. El secado simplemente retarda la pérdida térmica pero no reemplaza el aporte externo de calor cuando la temperatura ambiente es inadecuada.
  • La zona del “creep” debe estar correctamente dimensionada, con aislamiento térmico y ambiente controlado, de modo que el lechón seco pueda estabilizar su temperatura rápidamente.

4.3. Selección del método de secado seguro y eficaz

  • Evitar agentes que generen polvo fino con riesgo de aspiración pulmonar, como aserrín o polvos muy finos no controlados, un estudio mostró mayor lesión pulmonar en lechones tratados con aserrín frente a toallas de papel u otros secantes menos agresivos (Martines et al. 2020) .
  • Elegir talcos secantes validados y certificados para tal uso, con baja generación de polvo, inocuos y con buena capacidad de absorción.
  • Establecer protocolos estándar de aplicación del producto: cantidad, forma de frotado, limpieza del exceso residual antes de ubicar al lechón bajo calor.
  • Evaluar la relación costo / beneficio del uso de estos productos (consumo, reposición, manejo) frente al beneficio en reducción de mortalidad y mejoras en desempeño.

4.4. Condiciones ambientales de la sala de maternidad

  • La temperatura ambiente en la sala de maternidad y en el área de los lechones es fundamental. En ambientes subóptimos (< 25 °C) la intervención del secado + calor tiene mayor efecto. En ambientes cálidos, el beneficio podría ser marginal (según datos de Vande Pol et al.) .
  • Debe controlarse la humedad relativa, corrientes de aire y diseño del galpón para minimizar pérdidas térmicas.
  • Las instalaciones deben permitir un flujo de trabajo eficiente: zonas de secado cercanas al sitio de parto, acceso a fuentes de calor, iluminación adecuada y control de higiene.

4.5. Costos operativos y retorno de la inversión

  • La implementación del secado exige inversión en talco secante personal adicional y capacitación.
  • Es importante valorar cuál es la mortalidad neonatal actual en la granja, el valor económico del lechón y cuánto se puede reducir con la intervención para proyectar retorno de inversión.
  • En lotes donde la mortalidad neonatal es baja (por ejemplo < 5 %), el margen de mejora puede ser limitado, y será más difícil justificar la carga operativa adicional.
  • En granjas con mortalidad relativamente alta (8-12 %), la reducción de incluso 1 o 2 puntos porcentuales puede representar más lechones destetados y mejor rentabilidad.

4.6. Validación y monitoreo de la práctica

  • Antes de generalizar el protocolo, realizar estudios internos piloto para comparar lechones secos vs no secos dentro de su propia granja, midiendo temperatura rectal, mortalidad neonatal y desempeño hasta destete.
  • Implementar registros diarios de nacimientos, mortalidad, tiempo de intervención, temperatura de la sala, incidencia por rango de peso.
  • Revisar y ajustar protocolos según resultados, y capacitar continuamente al personal involucrado.

5. Guía práctica para el protocolo de secado del lechón en maternidades latinoamericanas

A continuación, una propuesta de protocolo técnico que puede adaptarse al contexto de granja:

5.1. Preparación previa al parto

  1. Desinfectar y mantener organizadas las herramientas y material de secado.
  2. Verificar que la fuente de calor (lámpara, caja térmica) esté operativa y caliente (32-35 °C o según el diseño).
  3. Calibrar la temperatura de la sala de maternidad a parámetros adecuados (idealmente > 30 °C en la zona de los lechones).
  4. Tener personal asignado para asistir al parto, con roles bien delimitados: quien atiende el lechón, quien lleva el calor, quien documenta.

5.2. Procedimiento al nacer cada lechón

  1. Tan pronto el lechón sale del canal del parto, recíbalo en un ambiente limpio y seco.
  2. Elimine los fluidos nasales y bucales si están obstruidos (para asegurar respiración).
  3. Inmediatamente aplique secado con talco secante prestando atención a todo el cuerpo, evitando zonas sensibles (ojos, vías respiratorias).
  4. Luego ubique el lechón bajo la fuente de calor inmediata (caja térmica, lámpara) por al menos 10 a 15 minutos, si es posible.
  5. Supervisar que el lechón alcance estabilidad térmica (idealmente > 37 °C) antes de ir al área de mamar.
  6. Colocar al lechón junto a la cerda o zona de cría, promoviendo el acceso rápido al pezón.
  7. Registrar tiempo de secado, temperatura posnatal (si se dispone de termómetro), peso del lechón, cualquier incidente.

5.3. Atención especial para lechones vulnerables

  • Priorice lechones de bajo peso (< 1,0 kg), ya que son más susceptibles al enfriamiento.
  • Si se cuenta con más recursos, realizar un “manejo caliente” diferenciado (secar + suplementar calor adicional, alimentación temprana, etc.).
  • Si algún lechón no responde al secado/calor (no recupera temperatura o no presenta vitalidad), considerar medidas de reanimación (estimulación corporal, ventilación asistida, oxígeno si está disponible) o colocar en criadora individual artificial.

5.4. Capacitación y auditoría

  • Capacitar constantemente al personal en la técnica de secado, uso de materiales, tiempos y lógica de priorización.
  • Realizar auditorías internas: muestrear lechones para medir temperatura rectal en los primeros 30–60 minutos según protocolos.
  • Incentivar cultura de registro y mejora continua.

Límites del conocimiento actual y líneas futuras de investigación

A pesar de evidencias prometedoras, el secado del lechón al nacimiento aún tiene áreas poco exploradas o con resultados mixtos. Algunas de las brechas científicas y recomendaciones para investigación futura son:

  1. Estudios controlados aislados del efecto del secado: muchos ensayos combinan secado + calor u otras intervenciones; se requieren diseños factoriales donde el secado sea el único diferencial.
  2. Evaluación en condiciones tropicales/de clima cálido: la mayoría de estudios provienen de climas templados, y se requiere determinar si en regiones tropicales el beneficio del secado (sobre temperatura ambiental elevada) es significativo.
  3. Impacto sobre la inmunidad pasiva y niveles de inmunoglobulinas: pocos trabajos han medido la relación entre el secado temprano, la velocidad de consumo de calostro y el nivel de transferencia inmunitaria.
  4. Evaluación de materiales secantes seguros (sin lesión pulmonar): es necesaria investigación comparativa entre diferentes tipos de agentes secantes (celulosa, bentonita, otros) en su eficacia y seguridad respiratoria (Martines et al. advierten riesgo pulmonar con serrín) .
  5. Modelos de costo-beneficio adaptados al contexto latinoamericano: análisis económicos locales que estimen cuántos lechones adicionales se logran destetar con el secado y su impacto en rentabilidad en diferentes escenarios de mortalidad base.
  6. Integra­ción con otras prácticas de manejo neonatal moderno: como la suplementación temprana, manejo de colostro con herramientas tecnológicas, atención individualizada de lechones vulnerables, etc.

La generación de conocimiento local permitirá ajustar protocolos adaptados a diversidad de climas, razas y niveles de tecnificación en América Latina.

Recomendaciones técnicas para aplicación práctica

  1. Diseñe protocolos estandarizados de asistencia al parto que incluyan secado del lechón como paso obligatorio y entrenado.
  2. Realice un piloto interno antes de generalizar la práctica: compare lechones secos vs no secos dentro de su granja para medir temperatura, mortalidad y desempeño.
  3. Priorice secar primero lechones de bajo peso o con signos de hipotermia, para maximizar efecto.
  4. Utilice materiales secantes de calidad, con mínima generación de polvo y sin riesgo respiratorio (evitar serrín u otros polvos agresivos).
  5. Asegure infraestructura térmica complementaria adecuada: lámparas, cajas térmicas, sistemas de control de temperatura en la sala de maternidad.
  6. Mantenga registros rigurosos: tiempos de secado, número de nacimientos, mortalidad neonatal, temperaturas, peso al nacimiento, entre otros.
  7. Capacite al personal continuamente y realice auditorías de cumplimiento del protocolo.
  8. Revise periódicamente los resultados y ajuste el protocolo según desempeño real y factibilidad operativa.

Al adoptar el secado del lechón como parte esencial del manejo neonatal en maternidad, las granjas porcinas latinoamericanas pueden mejorar sus tasas de supervivencia, optimizar el uso del calostro y fortalecer la productividad general del sistema porcino regional.

Bibliografía

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