Cuando perder lechones ya no es una opción
En el mundo de la producción porcina moderna, cada lechón que nace representa una inversión, una promesa de retorno económico, pero también una responsabilidad técnica y ética. Sin embargo, para muchos productores en América Latina, perder lechones en maternidad se ha vuelto una dolorosa costumbre, tan normalizada que deja de cuestionarse. Las cifras de mortalidad en maternidad en algunas granjas superan fácilmente el 18% a 20%, e incluso en sistemas tecnificados no es raro encontrar tasas de entre el 15% y el 18%. ¿Nos estamos resignando a perder vidas y dinero? ¿O es que no sabemos qué más hacer?
Este artículo no es una teoría más ni una receta genérica. Es un caso real, verificado y replicable, de una granja que se encontraba al borde del colapso sanitario en sus salas de maternidad, pero que decidió actuar, medir, corregir y transformar su realidad. En solo seis meses, sin inversiones millonarias ni remodelaciones radicales, esta granja logró reducir su mortalidad en maternidad en un 10%, mejorando no solo sus resultados productivos, sino también la motivación del equipo de trabajo y la rentabilidad global del sistema.
Lo que vas a leer no es un milagro. Es el resultado de un enfoque estratégico, técnico y humano, que combinó decisiones acertadas en sanidad, manejo, capacitación y seguimiento de datos. Este caso no solo demuestra que es posible bajar drásticamente las muertes de lechones, también te muestra cómo hacerlo en tu propia granja, desde hoy mismo.
Porque sí: la diferencia entre una granja que pierde dinero y otra que prospera puede estar en esos primeros cinco días de vida del lechón.
Este es el relato técnico, humano y económico de cómo una decisión consciente de cambio puede marcar la diferencia entre fracaso y rentabilidad.
Contexto del caso:
Una granja latinoamericana en crisis
En la region LATAM, una granja porcina de 800 madres en ciclo completo enfrentaba una situación cada vez más insostenible: una alta mortalidad en maternidad que superaba el 19.6% en promedio trimestral. Este número no solo erosionaba su eficiencia reproductiva, también afectaba directamente los indicadores financieros de la empresa y la moral del equipo.
Durante años, la granja había operado bajo un esquema de producción relativamente estable, con un equipo experimentado, pero con rutinas poco auditadas y una cultura de trabajo que normalizaba ciertos niveles de pérdida. El sistema de registros usaba un software especializado (Porcitec®), pero los datos se veían como algo administrativo, no como herramientas de diagnóstico o mejora. El foco estaba puesto en destetar más, pero sin analizar en profundidad cuántos lechones se estaban muriendo ni por qué.
Los síntomas del problema
- Altos niveles de mortalidad antes del destete (19.6%), siendo el 60% de estas muertes en los primeros 5 días de vida.
- Presencia frecuente de diarreas neonatales, especialmente en camadas de primerizas.
- Aplastamientos recurrentes, aun en camadas vigorosas.
- Un aumento progresivo en los gastos de medicamentos y antibióticos neonatales sin mejorar los resultados.
- Desmotivación del personal y rotación de encargados de maternidad.
Lo que los números revelaban
Un análisis retrospectivo de los datos de los últimos 12 meses mostró que la granja perdía en promedio 2.1 lechones por camada. Si consideramos 140 partos mensuales, esto equivalía a más de 3,500 lechones muertos al año, lo que en términos económicos representaba una pérdida estimada de más de USD 150,000 anuales, considerando un valor estimado de $45 por lechón no destetado (sin contar el valor agregado de conversión en engorde y canal).
El detonante del cambio
La situación cambió cuando un nuevo gerente técnico asumió la dirección de la granja. Con una mentalidad enfocada en optimización de procesos, análisis de datos y formación del personal, se planteó una meta clara:
“Reducir la mortalidad pre-destete en al menos un 10% en seis meses, sin hacer grandes inversiones en infraestructura, solo mejorando el manejo, la sanidad y el compromiso del equipo.”
A partir de allí, comenzó un proceso técnico riguroso de auditoría interna, capacitación y rediseño de los protocolos operativos.
Contexto del caso:
Una granja de 800 cerdas frente a una mortalidad silenciosa y costosa
En una región agrícola en LATAM con fuerte tradición en producción porcina, una granja de 800 cerdas reproductoras en ciclo completo enfrentaba un problema común pero devastador: una mortalidad pre-destete del 19.6%, que lentamente erosionaba sus resultados productivos y económicos. A simple vista, la operación parecía funcional. Las instalaciones cumplían con los requisitos mínimos, el equipo de trabajo contaba con experiencia y los insumos llegaban puntualmente. Sin embargo, cada mes se perdían cientos de lechones, y nadie comprendía realmente cuánto costaban esas muertes… hasta que se hizo el cálculo.
Estructura productiva real: ¿Qué significa tener 800 cerdas?
Bajo un sistema de flujo semanal la granja funcionaba con 34 partos semanales y anualizado se traducia en 1768 partos.
Con una prolificidad promedio de 12.5 nacidos vivos por parto, la producción mensual era de: 1,841 lechones nacidos vivos por parto y anualizado se traduce a 22,100 lechones
Pero con una mortalidad pre-destete del 19.6%, el número de lechones muertos era:
- Lechones muertos al mes: 1,841 x 0.196 ≈ 361 lechones
- Lechones muertos al año: 361 x 12 = 4,332 lechones
La pérdida económica tangible
Cuando se cuantificaron esas muertes con valores reales de producción, el impacto económico fue contundente. Al considerar un costo por lechón destetado de entre $40 y $45 USD, las pérdidas anuales se estimaron en:
- USD $172,800 (4,320 lechones x $40)
- USD $194,400 (4,320 lechones x $45)
Este era dinero que simplemente desaparecía cada año, sin mejorar la infraestructura, sin invertir en genética, sin subir el salario de los colaboradores, sin alimentar mejor a las cerdas. Era una hemorragia financiera disfrazada de rutina operativa.
Además, estas pérdidas no incluían otros impactos secundarios como:
- Tratamientos veterinarios innecesarios por protocolos mal aplicados.
- Pérdidas de tiempo y moral del personal al manejar lechones enfermos o débiles.
- Efecto negativo sobre la cerda lactante, con caídas en condición corporal, fallos reproductivos posteriores, mastitis y mayores días no productivos.
- Riesgo reputacional frente a integradoras, clientes o auditorías de bienestar animal.
El punto de quiebre: un nuevo liderazgo técnico
Todo cambió cuando la dirección de la granja designó a un nuevo gerente técnico con un enfoque basado en tres pilares: control de datos, disciplina operativa y liderazgo humano. Su primer análisis fue demoledor:
“Cada mes estamos perdiendo el equivalente a más de $14,000 dólares en lechones muertos, y la mayoría de esas muertes ocurren en los primeros cinco días de vida. Esto no es un problema de presupuesto. Es un problema de gestión técnica.”
Se trazó una meta clara y concreta:
Reducir en un 10% la mortalidad en maternidad en seis meses, sin inversiones en infraestructura, aplicando únicamente estrategias de manejo, bioseguridad, seguimiento de datos y formación continua del personal.
Lo que siguió fue una transformación profunda, silenciosa, pero muy efectiva.
Distribución de las muertes por tipo de causa
Se clasificaron todas las muertes ocurridas durante ese período, evaluando 520 lechones muertos. Los hallazgos se distribuyeron de la siguiente manera:
| Causa de muerte | Porcentaje | Observaciones clave |
| Aplastamiento | 41% | Altamente concentrado en los primeros 3 días de vida. |
| Hipotermia e hipoglucemia | 19% | Camadas con pobre consumo de calostro. |
| Diarreas neonatales (colibacilosis, Clostridium) | 15% | Alta incidencia en lechones de primerizas. |
| Lechones nacidos débiles o anóxicos | 13% | Partos prolongados sin asistencia. |
| Omisión de tratamiento o mala identificación | 7% | Lechones enfermos no tratados a tiempo. |
| Causas indeterminadas | 5% | Incluye lesiones, canibalismo, u otras no identificadas. |
Conclusión inicial: El 60% de las muertes ocurrían en las primeras 72 horas de vida, es decir, durante una ventana crítica de supervivencia altamente influenciada por el manejo humano y las condiciones ambientales.
Fallas identificadas en el manejo operativo
Durante las observaciones, se detectaron prácticas que contribuían directamente a las altas tasas de pérdida:
- Supervisión insuficiente postparto. En muchos casos, las cerdas parían durante la noche sin asistencia, lo que derivaba en nacimientos prolongados, lechones con asfixia o nulo acceso al calostro.
- Ambientes fríos o mal ventilados. En corrales donde no se utilizaban lámparas adecuadas o se combinaban corrientes de aire con alta humedad, se registraron muchos casos de hipotermia.
- Falta de secado y estímulo al nacer. Solo el 40% de los lechones recibía secado con talco tras el nacimiento, lo que reducía su viabilidad.
- Desorden en los registros de tratamientos. Se encontraron errores en la aplicación de antibióticos, hierro, e incluso omisiones en la identificación de lechones enfermos.
- Falta de protocolos claros para diarrea neonatal. Se actuaba de forma reactiva, sin protocolos de prevención ni uso estratégico de vacunas o aditivos.
- Desconocimiento técnico en el personal. Al entrevistar a los operarios, se evidenció un bajo nivel de comprensión sobre la fisiología del lechón recién nacido, el valor del calostro o el impacto de la hipotermia.
Factores de riesgo sistemáticos
Además de las fallas puntuales, el diagnóstico reveló factores estructurales que favorecían la mortalidad:
- Alta proporción de primerizas en el hato (35% de los partos mensuales), con camadas más pequeñas, menos calostro disponible y mayor nerviosismo durante la lactancia.
- Ausencia de protocolos estandarizados de asistencia al parto, lo que resultaba en respuestas dispares y subjetivas por parte de los encargados.
- Falta de indicadores visuales o tableros de control en la sala de maternidad. No se monitoreaban métricas como nacidos muertos, peso al nacimiento o consumo de agua y alimento por cerda.
Este diagnóstico fue el punto de partida para implementar un cambio radical, con medidas específicas que, aunque sencillas, fueron decisivas para salvar miles de lechones en solo seis meses.
Las 7 intervenciones clave que marcaron la diferencia
Una vez identificado el origen multifactorial de la elevada mortalidad pre-destete, el nuevo gerente técnico diseñó un plan de intervención inmediata, enfocado en el manejo, la sanidad preventiva, la disciplina operativa y la capacitación del personal. No se requirieron grandes inversiones, pero sí un cambio profundo de mentalidad y rutinas.
A continuación, te presentamos las 7 acciones que transformaron los números en solo seis meses:
Capacitación intensiva del personal de maternidad
Se realizó un plan formativo exprés para todos los trabajadores de la sala de maternidad, incluyendo operarios, técnicos y encargados. El programa cubría:
- Fisiología del parto y del lechón recién nacido.
- Importancia del calostro y técnicas para garantizar su consumo.
- Cómo detectar signos de debilidad, hipoglucemia e hipotermia.
- Prácticas adecuadas de asistencia al parto y secado del lechón.
- Manejo de primeros auxilios y reanimación neonatal.
- Protocolos claros y estandarizados para diarrea, tratamientos y aplastamientos.
Se implementaron evaluaciones semanales, carteles educativos en las salas y reuniones matutinas tipo “briefing” de 10 minutos para reforzar conocimientos.
Resultado: Aumento significativo en la confianza, proactividad y toma de decisiones técnicas por parte del personal.
Manejo preciso de la temperatura ambiente y microambiente
Se colocaron termómetros digitales visibles en cada sala de maternidad. El equipo técnico capacitó al personal en el uso de:
- Lámparas de calor correctamente posicionadas para asegurar zonas térmicas.
- Aislamiento de corrientes de aire mediante cortinas o barreras simples.
- Piso seco y con cama térmica (viruta, tapetes, cartón) durante los primeros 3 días.
- Verificación de temperatura ideal: 30–32 °C para lechones recién nacidos.
También se eliminaron prácticas contraproducentes, como el uso de ventiladores directos sobre los corrales o el exceso de humedad.
Resultado: Disminución de los casos de hipotermia e hipoglucemia en más del 60% respecto al primer mes.
Estrategia 6-6-6 de colostro: Las primeras 6 horas definen la vida
Se implantó un protocolo denominado “6-6-6”, basado en:
- 6 primeras horas: Intervención activa del personal para asegurar consumo de calostro.
- 6 minutos por lechón: Supervisión directa para observar la succión activa en la teta.
- 6 tomas mínimas: Garantizar que todos los lechones tomen varias veces antes de dormir profundamente.
Además, se implementó cruzamiento supervisado de camadas (split suckling) para darle ventaja a los más pequeños y prevenir competencia desigual por las tetas delanteras.
Resultado: Mayor homogeneidad de pesos al destete y reducción de la tasa de lechones “fantasma” que nunca tomaron calostro y murieron antes del día 3.
Reducción de aplastamientos: más que solo jaulas
Aunque la granja ya usaba jaulas de maternidad, los aplastamientos seguían siendo frecuentes. Las acciones clave para reducirlos fueron:
- Revisión diaria del sistema de piso y ajuste de superficie antideslizante.
- Alarma de monitoreo postparto: un checklist que debía completarse cada 2 horas en las primeras 24 horas del parto.
- Implementación de “nidos térmicos” atractivos que incentivaban a los lechones a agruparse lejos de la cerda.
- Cambio de turnos para asegurar presencia constante de un operario calificado en turnos nocturnos, especialmente en cerdas en parto.
Resultado: Reducción del 45% en muertes por aplastamiento en los primeros tres meses.
Prevención de diarreas neonatales: vacunación y bioseguridad
Tras un análisis microbiológico, se determinó que los casos frecuentes de diarrea eran provocados principalmente por:
- Escherichia coli (F4 y F18)
- Clostridium perfringens tipo C
Se instauró un plan de vacunación obligatoria en preparto para cerdas y primerizas, con énfasis en la semana 10 y 13 de gestación. Además:
- Se revisaron protocolos de lavado de ubres antes del parto.
- Se incluyeron aditivos promotores de inmunidad intestinal en la dieta de gestación.
- Se eliminaron prácticas de “curado generalizado”, reemplazándolas por tratamientos selectivos según síntomas.
Resultado: Disminución del uso de antibióticos neonatales y reducción del 70% en casos clínicos de diarrea neonatal.
Limpieza y desinfección rigurosa: volver a lo básico
Uno de los errores más graves detectados fue la rutina superficial de limpieza entre lotes. Se implementaron nuevas fases:
- Limpieza mecánica con alta presión.
- Aplicación de detergente espumante alcalino.
- Desinfección con glutaraldehído + amonio cuaternario.
- Período mínimo de secado y vacío sanitario de 24 horas.
Además, el personal fue capacitado en el uso correcto de equipos de protección, diluciones exactas y tiempos de contacto.
Resultado: Menor carga ambiental de patógenos, mejores condiciones de parto y recuperación de la cerda.
Nutrición de la cerda lactante: energía y agua como medicina
Se solicito al proveedor de nutrición que ajustara la dieta de lactación para mejorar:
- Niveles de energía neta y digestibilidad de aminoácidos
- Inclusión de grasas protegidas para mejorar la condición corporal
Ademas se implemento el suministro de:
- Electrolitos y acidificantes en agua durante los primeros 5 días postparto
- Aumento de frecuencia de raciones a 4 veces al día
Se instalaron medidores de consumo de agua y se hicieron ajustes para asegurar un mínimo de 40 litros diarios por cerda.
Resultado: Mejora en la producción láctea, menor incidencia de agalactia y lechones con mejor ganancia de peso diaria.
Estas siete acciones, aplicadas con seguimiento diario y compromiso del equipo, lograron reducir la mortalidad en maternidad del 19.6% al 9.4% en solo seis meses.
Una reducción de más de 10 puntos que significó salvar 2,160 lechones al año y recuperar más de USD $90,000 anuales.

Resultados:
¿Qué cambió y cómo lo midieron?
La implementación de las siete acciones estratégicas no solo trajo mejoras perceptibles en el bienestar de los animales y el ambiente de trabajo, sino que generó resultados técnicos y económicos medibles. El gerente técnico estableció un sistema de seguimiento mensual basado en indicadores clave, con reportes compartidos al equipo para fomentar transparencia, responsabilidad y motivación.
Indicadores productivos antes y después de la intervención
A continuación, se presenta un resumen comparativo de los principales indicadores de maternidad antes y después de los seis meses de implementación:
| Indicador | Antes (Promedio 6 meses previos) | Después (Promedio 6 meses posteriores) | Mejora Absoluta |
| Mortalidad pre-destete (%) | 19.6% | 9.4% | -10.2 puntos |
| Lechones destetados por parto | 10.0 | 11.3 | +1.3 lechones |
| Peso promedio al destete (kg) | 5.8 | 6.3 | +0.5 kg |
| Tasa de diarrea neonatal (%) | 31% | 8% | -23 puntos |
| Lechones muertos por aplastamiento (%) | 8.2% | 3.4% | -4.8 puntos |
| Consumo de antibióticos neonatales | 1.2 tratamientos/lechón | 0.4 tratamientos/lechón | -67% |
| Uso de antibióticos en lactancia (sow) | 62% de las cerdas | 29% de las cerdas | -53% |
Impacto económico directo: salvar lechones, ganar dinero
Con una mortalidad pre-destete del 19.6%, la granja perdía 360 lechones al mes, es decir 4,320 lechones al año.
Después de la intervención, la mortalidad cayó a 9.4%, lo que representó 173 lechones muertos al mes, o 2,076 al año.
Lechones salvados al año: 4,320 – 2,076 = 2,244 lechones
Ahora, considerando un costo de producción por lechón destetado de USD $40 a $45, el ahorro económico fue:
- USD $89,760 (2,244 x $40)
- USD $100,980 (2,244 x $45)
Este resultado se obtuvo sin inversión en infraestructura, solo con cambios operativos, protocolos técnicos más rigurosos y empoderamiento del equipo humano.
Impacto organizacional: equipo más comprometido
Los cambios no solo fueron técnicos. Durante entrevistas de seguimiento realizadas a los 90 y 180 días de la intervención, el equipo de maternidad expresó:
- Mayor claridad en sus funciones y seguridad al actuar.
- Sentido de orgullo al ver que los resultados mejoraban gracias a su esfuerzo.
- Mejor comunicación con el área técnica y administrativa.
- Mayor motivación para asistir partos, cuidar camadas pequeñas y reportar anomalías.
Además, el ausentismo laboral y la rotación del personal disminuyeron un 35% en el área de maternidad en comparación con el semestre anterior.
Los resultados demostraron que mejorar la eficiencia en maternidad no depende solo de grandes presupuestos, sino de visión técnica, disciplina en el manejo y compromiso humano.
Análisis económico del impacto:
Más lechones = Más rentabilidad
Uno de los principales objetivos al reducir la mortalidad pre-destete es aumentar la eficiencia reproductiva y mejorar la rentabilidad global de la granja. Este caso práctico no solo demostró mejoras técnicas, sino que también generó un impacto económico directo y cuantificable.
Ingreso potencial por cada lechón adicional
En promedio, un lechón destetado representa una unidad productiva que avanza hacia engorde. Aunque el costo de producirlo se estima entre $40 y $45 USD, su valor de mercado como cerdo finalizado puede llegar a:
- USD $2.70 a $2.80 por kilo cerdo en pie
- Peso de mercado 109 kilos por cerdo
- Ingreso por cerdo vendido ($2.80 X 109) = $305.20 por cerdo
- Dependiendo de la eficiencia en los costos de producción se puede generar una utilidad neta de $55.00 por cerdo vendido.
Por tanto, cada lechón que no muere representa un ingreso neto que se multiplica en la etapa final. Salvar 2,244 lechones al año significa no solo reducir pérdidas, sino aumentar ingresos potenciales en la fase de engorde.
Ejemplo estimado de rentabilidad (considerando lechones salvados completan ciclo):
| Concepto | Valor Bajo ($) |
| Lechones salvados al año | 2,244 |
| Viabilidad destete a Venta | 94% |
| Cerdos adicionales para venta | 2,109 |
| Ingreso por cerdo vendido a planta | $55 |
| Ingreso adicional total | $115,995 |
En este análisis que evidenciado que salvar 2,244 lechones que pasen a la fase de engorde, de los cuales tienen el potencial de llegar a mercado 2,109 cerdos pueden aportar ganancias netas por $115,995.
Costos de implementación de los cambios
Los cambios aplicados en la granja fueron altamente rentables debido a que no implicaron grandes inversiones estructurales. El desglose estimado es:
| Intervención | Costo estimado semestral | Observaciones |
| Capacitación del personal | $1,200 | Material impreso, horas extras, talleres internos |
| Reposición de lámparas térmicas | $600 | 20 lámparas nuevas + reemplazo de bombillos |
| Aditivos nutricionales y electrolitos | $1,000 | Uso puntual postparto en lactancia |
| Medidores de temperatura y termómetros | $500 | 10 unidades digitales para maternidad |
| Carteles informativos y pizarras | $300 | Apoyo visual, rutinas de revisión |
| Bioseguridad y limpieza intensiva | $1,800 | Detergente espumante, guantes, overoles, desinfectantes |
| Total estimado de inversión | $5,400 | Para todo el semestre, incluido consumibles |
Es decir, con una inversión inferior a $5,500 en seis meses, la granja obtuvo un retorno potencial neto de más de $84,000 al año. Por el hecho de salvar 2244 lechones y ganancias extras en la fase de engorde por tener más cerdos para la venta cada año.
Comparación del costo por lechón destetado antes y después
Al reducir la mortalidad y aumentar los lechones destetados sin incrementar gastos fijos, el costo unitario por lechón destetado disminuyó, impactando favorablemente el margen de utilidad.
| Concepto | Antes de intervención | Después de intervención |
| Lechones nacidos vivos/mes | 1,837 | 1,837 |
| Lechones destetados/mes | 1,477 (80.4%) | 1,664 (90.6%) |
| Costo total de maternidad/mes | $59,080 (estimado) | $59,580 (con mejoras) |
| Costo por lechón destetado | $40.0 | $35.8 |
Esta mejora de más de $4 USD por lechón fue resultado directo de una mejor eficiencia, no de reducción de insumos o calidad.
Beneficios colaterales a mediano plazo
Además de la rentabilidad inmediata, la granja comenzó a percibir beneficios estratégicos sostenibles:
- Mejor condición corporal post-lactancia en cerdas.
- Menor tasa de repeticiones y problemas de fertilidad.
- Aumento de la tasa de partos por lote (debido a menor estrés y mejor recuperación).
- Reducción del uso de antibióticos, lo cual mejoró su perfil sanitario y su posicionamiento frente a integradoras.
En términos simples: salvar lechones no solo es éticamente correcto, también es financieramente estratégico.
Una mejora técnica en maternidad puede traducirse en decenas de miles de dólares recuperados al año en una granja de 800 cerdas.
Diagnóstico inicial:
¿Por qué se morían tantos lechones?
Antes de implementar cualquier intervención, el nuevo gerente técnico se propuso comprender a fondo el origen de la mortalidad. Para ello, realizó una auditoría técnica en conjunto con el equipo veterinario y el responsable de maternidad. Esta fase inicial duró 21 días y permitió identificar patrones, errores recurrentes y fallas críticas en el manejo diario. Los resultados fueron reveladores.
Cómo replicarlo en tu granja:
Pasos prácticos para comenzar hoy mismo
Una de las grandes fortalezas de este caso es su replicabilidad. No se trató de un proyecto experimental financiado por un laboratorio, ni de una granja modelo con recursos ilimitados. Fue una granja comercial mediana, con 800 cerdas, desafíos reales y recursos limitados, como las que operan a diario en buena parte de América Latina.
Aquí te dejo una guía clara, práctica y escalonable para comenzar hoy mismo a reducir la mortalidad en maternidad en tu sistema, sin esperar a tener el “momento perfecto” o grandes presupuestos.
Paso 1:
Audita tu realidad sin excusas
- Revisa los datos de los últimos 6 meses: prolificidad, partos, lechones nacidos vivos, mortalidad pre-destete.
- Calcula exactamente cuántos lechones estás perdiendo por mes y por año.
- Multiplica por el costo de producción de un lechón destetado (en tu caso).
- Haz visible esta información para tu equipo técnico y administrativo. Lo que no se mide, no se mejora.
🛠 Herramienta sugerida: crea un tablero de control mensual con KPIs de maternidad.
Paso 2:
Capacita a tu personal y estandariza criterios
- Define qué significa para tu equipo “hacer bien el trabajo” en maternidad.
- Establece protocolos claros y simples: asistencia al parto, cuidados neonatales, uso de lámparas, manejo de colostro, limpieza.
- Reúne a tu personal semanalmente y haz una capacitación corta pero intensa, con una sola meta: salvar más lechones.
📌 Sugerencia: Crea una “Cartilla de Oro de la Maternidad” con los 10 puntos claves del manejo diario.
Paso 3:
Controla el ambiente, no solo los animales
- Mide la temperatura ambiente y el microclima en los nidos.
- Asegura luz, calor y piso seco para cada camada en los primeros 3 días.
- Reduce la humedad y elimina corrientes de aire.
- Evalúa tus recursos: no necesitas galpones nuevos, solo control básico y constante.
🌡 Recurso útil: Coloca termómetros digitales o sensores a la altura de los lechones y verifica cada turno.
Paso 4:
Atiende activamente cada parto
- Implementa un turno de vigilancia dedicado especialmente a las cerdas en parto.
- Registra hora de inicio, duración y asistencia por cada parto.
- Revisa si cada lechón fue secado, estimulado, colocado cerca de la teta y supervisado en su primera toma de calostro.
⏱ Consejo práctico: usa una hoja o checklist plastificada por corral para verificar cada atención.
Paso 5:
Reduce la diarrea neonatal desde la prevención
- Revisa tu plan de vacunación de preparto: asegúrate de cubrir al menos E. coli y Clostridium.
- Implementa protocolos de limpieza y desinfección rigurosos entre lotes.
- Evalúa si estás usando el agua como herramienta: acidificantes, electrolitos, higiene de bebederos.
💧 Recuerda: una cerda deshidratada produce menos leche, y un lechón sin inmunidad sufre desde el día uno.
Paso 6:
Mide los resultados y celebra las mejoras
- Haz seguimiento mensual de tu tasa de mortalidad pre-destete.
- Compara mes a mes, y comunica los logros con tu equipo.
- Premia a quienes se destaquen en atención de partos, detección de problemas, o aplicación de protocolos.
🥇 Cultura ganadora: No solo corrijas errores, reconoce los aciertos. La mejora continua se alimenta de motivación.
Paso 7:
Haz pequeños ajustes, pero con constancia
- No intentes cambiar todo en una semana.
- Prioriza: empieza por lo que más impacto genera (aplastamientos, asistencia al parto, colostro).
- Evalúa y corrige. Evalúa y corrige. No hay protocolos perfectos, pero sí procesos que mejoran.
🔁 Filosofía de gestión: “Lo que no se evalúa, se deforma. Lo que se repite con conciencia, se perfecciona.”
¿Qué necesitas para empezar?
| Elemento | ¿Lo tienes ya? | ¿Cuesta mucho? | Impacto esperado |
| Personal dispuesto | ✅ | No | Alto |
| Termómetros y lámparas | ✅ | Bajo | Alto |
| Protocolos escritos | ❌ | No | Muy alto |
| Registro y tablero de control | ❌ | No | Muy alto |
| Capacitación técnica | ✅ | No | Muy alto |
| Supervisión activa de partos | ✅/❌ | No | Muy alto |
| Bioseguridad reforzada | ✅ | Bajo | Alto |
✔ Resumen: No necesitas más dinero. Necesitas decisión, liderazgo y constancia.
Conclusiones:
Lo que este caso nos enseña
Este caso práctico demuestra con evidencia clara que la mortalidad pre-destete no es un “mal necesario”, sino un síntoma de procesos mal ejecutados, subestimados o abandonados por la rutina. Cuando una granja de 800 cerdas, sin hacer inversiones millonarias, logra reducir la mortalidad en maternidad del 19.6% al 9.4% en seis meses, no se trata de suerte, sino de disciplina técnica, liderazgo operativo y compromiso humano.
A continuación, sintetizamos las principales lecciones aprendidas:
🔍 1. Medir es el primer paso para mejorar
Muchas granjas saben cuántos lechones nacen, pero no cuántos mueren ni por qué. Tener indicadores claros, tableros visuales y reportes mensuales permite tomar decisiones objetivas y basadas en datos.
🤝 2. El cambio empieza en el equipo humano, no en los galpones
La gran diferencia en este caso fue empoderar al personal, capacitarlos, involucrarlos y hacerlos parte del proceso de mejora. El conocimiento técnico sin acción es estéril. Pero cuando se combina con actitud, compromiso y liderazgo, se vuelve transformador.
💡 3. Las soluciones efectivas son simples, pero deben aplicarse todos los días
- Calor y cama seca
- Colostro oportuno
- Supervisión postparto
- Limpieza con lógica
- Alimentación precisa para la cerda lactante
Estos son principios básicos que, ejecutados con excelencia, tienen más impacto que cualquier tecnología sin seguimiento.
💰 4. Salvar lechones es un negocio rentable
Cada lechón que se salva representa más de USD $55 netos al final del ciclo. En este caso, se recuperaron más de USD $123,000 al año, simplemente reduciendo errores en el manejo neonatal.
🔄 5. No necesitas más dinero, necesitas mejores decisiones
Este caso nos recuerda que la rentabilidad en producción porcina no siempre depende de gastar más, sino de usar mejor lo que ya tienes. La diferencia entre una granja rentable y otra que fracasa, muchas veces está en la manera en que se ejecutan las pequeñas tareas del día a día.
💬 “No fue magia. Fue volver a lo básico con excelencia.” – Gerente Técnico de la granja
Recomendaciones técnicas:
Aplicables a cualquier granja porcina, sin importar su tamaño
Este caso dejó claro que mejorar la supervivencia de los lechones es posible y rentable, pero requiere decisiones conscientes, disciplina diaria y seguimiento técnico continuo. Aquí te compartimos una lista de recomendaciones clave que cualquier productor o técnico puede aplicar desde ya.
📌 1. Implementa un sistema de registro y control de mortalidad por causas
- Usa formatos impresos o digitales.
- Clasifica las muertes por tipo (aplastamiento, diarrea, hipotermia, etc.).
- Analiza mensualmente los datos junto al equipo.
- Establece alertas cuando la mortalidad supere ciertos umbrales.
🔧 Herramienta útil: hoja Excel con fórmula automática para calcular tasas por semana/lote.
📌 2. Refuerza los primeros 3 días de vida del lechón
- Asegura calor efectivo y cama seca.
- Aplica la estrategia 6-6-6 para garantizar calostrado.
- Separa lechones pequeños para split suckling.
- Mantén una rutina horaria de chequeo intensivo postparto.
🎯 Recuerda: más del 60% de las muertes ocurren en las primeras 72 horas.
📌 3. Capacita y empodera a tu personal de maternidad
- Haz capacitaciones técnicas cortas cada semana (20–30 min).
- Repite temas clave: atención al parto, higiene, signos clínicos.
- Asigna un “responsable de maternidad” que lidere el cumplimiento.
- Establece metas mensuales por persona (ej. reducir aplastamientos en su sección).
🤝 Sin personal motivado y formado, no hay mejora sostenible.
📌 4. Mejora tus rutinas de limpieza, desinfección y vacío sanitario
- Establece un protocolo de 4 pasos:
- Limpieza a presión
- Detergente espumante
- Desinfección con producto adecuado
- Tiempo de secado antes del siguiente lote
- Supervisa el cumplimiento con checklist al final de cada semana.
- Usa luz UV o placas para evaluar eficacia si es posible.
🦠 Una buena desinfección corta el ciclo de enfermedades antes de que empiece.
📌 5. Ajusta la nutrición de la cerda lactante
- Asegúrate de ofrecer dieta con alta energía neta y buena digestibilidad.
- Suministra agua limpia y abundante (>40 L/día).
- Suplementa con electrolitos y acidificantes si es necesario.
- Evalúa condición corporal postparto y regula consumo voluntario.
🐽 Una cerda bien alimentada da leche. Y una buena lactancia salva camadas enteras.
📌 6. Revisa tu plan sanitario en gestación
- Asegúrate de aplicar vacunas contra:
- coli
- Clostridium
- Parvovirus
- Leptospira
- Erysipela
- Mycoplasma
- Mantén calendario visible en la sala de gestación.
- Aplica dosis completas, con agujas y técnica adecuada.
💉 Inmunidad materna fuerte = lechones más resistentes.
📌 7. Evalúa mensualmente la mortalidad y comunica los resultados
- Publica los datos en pizarras o boletines visibles.
- Felicita al personal que logre mejores resultados.
- Analiza junto al equipo: ¿qué funcionó? ¿qué debemos ajustar?
📈 La mejora continua es posible solo si todos conocen la meta.
BONUS: Checklist técnico semanal
✅ ¿Hay control de temperatura en cada corral?
✅ ¿Cada cerda fue atendida durante el parto?
✅ ¿Se aplicó protocolo de calostro a todos los lechones?
✅ ¿Se identificaron y trataron los lechones débiles?
✅ ¿Se desinfectaron correctamente las instalaciones?
✅ ¿El personal cumplió el protocolo de higiene personal?
✅ ¿Se registraron y analizaron las causas de muerte?
🧠 Si respondes SÍ a todas estas preguntas cada semana, estás en el camino correcto.
Nota final:
La vida de un lechón sí vale la pena salvarla
En el bullicio diario de una granja porcina, entre partos, revisiones, tratamientos, alimentación y registros, es fácil caer en la rutina y olvidar lo esencial: cada lechón cuenta. No es solo un número en una planilla, ni un dato más para el reporte mensual. Es el resultado de un proceso completo: la genética seleccionada, la inseminación bien hecha, la nutrición ajustada, el manejo diario, el trabajo del equipo… todo converge en ese momento en el que un lechón nace y toma su primera bocanada de aire.
Pero si lo dejamos morir por frío, por hambre, por aplastamiento o por negligencia, entonces todo el trabajo anterior fue en vano. Y peor aún: nos acostumbramos a perder sin sentirlo.
Este caso real nos recuerda que la rentabilidad está en los detalles, en esas horas nocturnas donde alguien asiste un parto con cuidado, en ese instante donde un operario seca con rapidez a un lechón, o en esa decisión de revisar dos veces si hay una lámpara encendida. Nada de eso cuesta mucho dinero. Pero sí exige conciencia, compromiso y una visión clara de que producir más es salvar más.
La granja que decidió cambiar su historia no tenía presupuestos extraordinarios ni tecnología de punta. Tenía algo más poderoso: una voluntad férrea de mejorar. Y lo logró.
Hoy, tú también puedes comenzar a transformar tu granja. No mañana, no el mes que viene. Hoy.
Porque la vida de un lechón sí vale la pena salvarla.
Porque cada lechón que vive es una victoria.
Y porque detrás de cada victoria hay un equipo que eligió no conformarse.

💔 Cada lechón que muere sin razón es una oportunidad perdida. Pero tú puedes cambiar eso.
Este eBook te revela el caso real de una granja latinoamericana que eligió dejar de conformarse y logró salvar más de 2,000 lechones al año.
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📚 Bibliografía
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